Velocidad, asfalto y destino: la última curva de Jair en la Vía Rápida
- Buzo Caperuzo
- 14 jul
- 1 Min. de lectura

Tijuana, B.C. — Jair Antonio tenía 27 años. En la madrugada de este lunes, su vida se extinguió sobre el asfalto de la Vía Rápida Alamar, tras un violento accidente que terminó en tragedia.
El reloj marcaba las primeras horas del día cuando el estruendo alertó a quienes transitaban cerca del cruce con el bulevar Héctor Terán Terán, en la colonia Cañón del Padre. Jair conducía su motocicleta cuando, de acuerdo con el peritaje preliminar, habría perdido el control por circular a alta velocidad. En cuestión de segundos, su trayecto terminó contra el concreto.

El impacto fue brutal. Primero golpeó un cordón de banqueta, luego un tubo metálico y finalmente la base de un semáforo. El cuerpo del joven quedó tendido en el suelo. Los paramédicos que acudieron solo pudieron confirmar su fallecimiento.
El sitio fue acordonado por elementos de Tránsito Municipal, mientras agentes de la Fiscalía General del Estado levantaban pruebas y documentación para integrar la carpeta de investigación.

Jair no volvió a casa.
Su nombre se suma a la creciente lista de motociclistas que han perdido la vida en las vialidades de la ciudad, donde la prisa, la falta de infraestructura segura y los riesgos del entorno cobran facturas irremediables.
Hoy, una familia enfrenta el silencio y el vacío que deja una vida joven interrumpida en seco.








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