El último viaje del 02781: taxista muere tras estrellarse en la Zona Norte
- Buzo Caperuzo
- 30 jun
- 1 Min. de lectura

Tijuana, B.C. — El eco de los motores que no duermen en la Zona Norte se quebró la noche del domingo con un golpe seco y un silencio posterior que lo dijo todo. En la intersección de las avenidas Constitución y Sánchez Ayala, el taxi con número económico 02781 se detuvo de forma abrupta y definitiva contra una camioneta estacionada. En el interior, el conductor —un hombre de aproximadamente 45 años, robusto, de rostro sereno— ya no respiraba.
Era un taxi Kia Río, de los que cruzan la ciudad desde el alba hasta bien entrada la madrugada. Su chofer no emitió llamadas de auxilio ni maniobras evasivas. El impacto, aunque fuerte, no mostraba signos de una persecución ni de violencia intencional. Solo la sospecha, cada vez más fuerte, de que el corazón lo traicionó antes de que pudiera frenar.

Paramédicos llegaron minutos después, quizá demasiado tarde. Confirmaron lo que los testigos ya intuían: no había signos vitales. El hombre había muerto solo, en su asiento de trabajo, con el volante como último testigo.
La escena fue resguardada por elementos de la Policía Municipal. Entre cintas amarillas, luces estroboscópicas y murmullos de incredulidad, se construyó la última crónica de este conductor. La Fiscalía no halló huellas de violencia, por lo que se presume que un paro cardíaco o una descompensación abrupta lo venció en plena ruta.

El taxi quedó allí, inmóvil, como símbolo de una ciudad que no se detiene… y de quienes la recorren hasta el límite. El 02781 no hizo ruido al despedirse. Solo se apagó.
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