Entre fierros y semáforos apagados: la noche en que un motociclista luchó por su vida en el Bellas Artes
- Buzo Caperuzo
- 5 sept
- 1 Min. de lectura

Tijuana.— Eran cerca de las nueve de la noche cuando el silencio del bulevar Bellas Artes se quebró con un estruendo seco. Un motociclista había quedado bajo las llantas de un tractocamión en la intersección con la avenida Chilpancingo. Los semáforos, apagados desde horas antes, habían convertido el cruce en una trampa mortal.
El cuerpo del joven yacía inmóvil mientras su motocicleta permanecía aplastada bajo la mole de acero. Los primeros en acercarse fueron automovilistas y transeúntes, que miraban con angustia la escena. Minutos después, las sirenas abrieron paso: paramédicos corrieron hacia él, aplicaron vendajes, colocaron oxígeno, y lo subieron con urgencia a la camilla.
“Está grave, pero hay pulso”, murmuró uno de los rescatistas mientras lo trasladaban a un hospital cercano.

El conductor del tractocamión permanecía a un costado, bajo custodia de las autoridades, mientras agentes de tránsito cerraban la zona. La motocicleta, hecha pedazos, fue retirada poco después, pero en la avenida quedó la huella del impacto.
En el Bellas Artes, la noche se quedó con el eco de un accidente que recordó el riesgo de una ciudad donde un semáforo apagado puede convertirse en sentencia.

Comentarios