Un vuelco en la Avenida Internacional: la delgada línea entre la vida y la tragedia

Tijuana-. En cuestión de segundos, el rugido del motor se transformó en estruendo metálico. Eran las primeras horas de este martes 16 de septiembre cuando un vehículo terminó con las llantas al aire sobre la Avenida Internacional, justo en el punto donde el asfalto se enreda con el camino hacia Playas de Tijuana, en la zona conocida como El Matadero.

El conductor, un hombre de alrededor de 40 años, viajaba solo. Los testigos cuentan que el automóvil giró varias veces antes de detenerse en seco, dejando un silencio tan abrupto como el choque mismo. Contra todo pronóstico, el hombre salió ileso. La fortuna —o quizá la suerte disfrazada de destino— le dio una segunda oportunidad.

Trabajadores del Viaducto Elevado, acostumbrados al ruido de grúas y taladros, se convirtieron en rescatistas improvisados. “Lo ayudamos a salir, todavía temblaba, pero estaba vivo”, narró uno de ellos, aún con el polvo en las manos.

Paramédicos y bomberos llegaron minutos después, confirmando lo impensable: ni una fractura, ni una herida grave. Sólo un auto destrozado y una historia que pudo terminar en tragedia.

El accidente, atribuido al exceso de velocidad, paralizó por momentos la vialidad. Entre sirenas, conos naranjas y tráfico detenido, quedó flotando una pregunta inevitable:¿cuántas veces más Tijuana tendrá que escuchar el eco de los frenos y el crujido del acero para aprender que un instante de prisa puede ser la frontera entre la vida y la muerte?