Se incendia vehículo en el bulevar Salinas por aparente falla eléctrica

Tijuana-. La tarde se deshacía lentamente sobre el bulevar Salinas cuando una humareda gris comenzó a trepar entre los autos. No era el vapor de la rutina citadina, sino el anuncio breve y violento del fuego. Una camioneta RAM, estacionada frente a un semáforo detenido, ardía con un fulgor improvisado, como si el metal se rebelara contra su propia naturaleza.

Los primeros en actuar no fueron bomberos ni patrullas, sino transeúntes y conductores que, con extinguidores improvisados, enfrentaron las llamas. El crepitar se mezclaba con los gritos, el olor a caucho quemado y ese silencio incómodo que suele seguir al peligro cuando aún nadie sabe si terminó.

Cuando los bomberos llegaron, la batalla ya había sido casi ganada. Una máquina roja se detuvo junto al humo que se disipaba y sus elementos aseguraron lo que el fuego había dejado atrás: restos ennegrecidos, cables fundidos, la cabina aún tibia. En el aire persistía el olor agrio de la electricidad carbonizada.

El conductor, todavía con las manos manchadas de hollín, explicó con voz baja que la camioneta venía dando señales de falla desde hacía días. “Era eléctrica la bronca —dijo—, pero no pensé que llegara a esto.” Detrás de él, una patrulla municipal resguardaba la escena con una calma burocrática, mientras el tráfico buscaba caminos alternos y una grúa se preparaba para arrastrar lo que quedaba del vehículo.

En apenas unos minutos, el fuego se extinguió. Pero en el pavimento del bulevar quedó la marca oscura del incidente, una huella efímera de la fragilidad con la que el azar puede incendiar cualquier rutina.