El vuelo del motociclista en el bulevar Díaz Ordaz
- Buzo Caperuzo
- 13 oct
- 1 Min. de lectura

Tijuana-. La tarde caía sobre el bulevar Gustavo Díaz Ordaz con el ritmo habitual de bocinas y semáforos cuando un estruendo rompió la rutina: el impacto de una motocicleta contra un Honda Accord dorado. En segundos, el rugido del motor se transformó en silencio.
El motociclista —un hombre sin nombre, apenas un casco rodando unos metros más allá— salió proyectado, cayendo frente al vehículo con la violencia muda de un golpe inevitable. Los curiosos se acercaron, algunos deteniendo el tráfico, otros grabando la escena con el pulso tembloroso.

Las sirenas no tardaron. Cruz Roja y Bomberos irrumpieron en la vialidad, el aire cortado por el ulular de las ambulancias. Los paramédicos se movieron con precisión mecánica: cuello inmovilizado, oxígeno, camilla. En el suelo, el casco seguía girando lentamente, como si el tiempo aún no terminara de entender lo ocurrido.
El conductor del automóvil, una mujer mayor, observaba la escena con los ojos húmedos y las manos quietas sobre el volante. Fue revisada en el lugar: ilesa, pero con la mirada perdida en el vacío de lo que pudo ser peor.

La sección de Tránsito llegó para medir, anotar, registrar —la burocracia que siempre sigue al caos. Y mientras tanto, el bulevar volvió a rugir, tragándose la historia del hombre que voló unos segundos sobre el asfalto de Lomas Verdes.








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