La suerte volteada en El Realito
- Buzo Caperuzo
- hace 6 días
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Tijuana-. El sol golpeaba la tierra seca de la carretera libre Tijuana–Tecate cuando un estruendo rompió la monotonía del tránsito. En el tramo conocido como El Realito, una camioneta Honda giró sobre sí misma como una moneda lanzada al aire, rodó una, dos veces, y terminó boca abajo en un barranco estrecho junto a la cinta asfáltica.
La llanta reventada —una simple explosión de caucho y aire— bastó para cambiar el curso de la ruta. El conductor, un hombre joven que viajaba solo, salió tambaleante entre el polvo, con el rostro cubierto por diminutos fragmentos de vidrio. Respiraba agitado, incrédulo, como si acabara de despertar de un sueño violento.

Paramédicos de la Cruz Roja llegaron minutos después. Lo examinaron con rapidez, limpiaron los raspones de sus brazos y confirmaron lo impensable: estaba ileso. Mientras tanto, los bomberos y agentes de tránsito observaban los restos de la camioneta, retorcida, convertida en un esqueleto de metal aún tibio bajo el sol.
En la carretera, los autos redujeron la velocidad para mirar. Algunos bendecían en voz baja; otros tomaban fotos. El tráfico se extendió en ambos sentidos, una hilera de curiosidad y alivio.

La camioneta quedó allí, como un recordatorio involuntario: a veces basta una llanta, un segundo, o un pequeño bache para recordarnos que el camino siempre puede voltearse.v
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