La noche en que un camión se atascó en el puente hacia Playas
- Buzo Caperuzo
- hace 1 minuto
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Tijuana-. La noche avanzaba tranquila sobre la avenida Internacional, cuando un estruendo metálico interrumpió el flujo monótono de los autos rumbo a Playas de Tijuana. Un camión de volteo, de los que a diario transportan tierra para las obras del viaducto, quedó inmóvil bajo el puente como un gigante mal calculado. Su caja trasera se alzó por una falla mecánica y se incrustó en la estructura de concreto con la torpeza de una bestia que olvidó su tamaño.
El resultado fue una postal improbable: un vehículo encajado, luces rojas titilando, y el tráfico detenido en ambas direcciones. Los conductores, impacientes, intentaban entender cómo un solo camión podía detener a toda una ciudad.
Bomberos, policías y curiosos se congregaron en el sitio. Las linternas dibujaban destellos sobre la lámina abollada, mientras el eco de las órdenes técnicas se mezclaba con los murmullos de incredulidad. “Se levantó sola la caja”, decían algunos; “falla hidráulica”, respondían otros, como si el misterio mecánico necesitara una explicación para justificar la espera.

Durante horas, la escena permaneció congelada: un camión atrapado, una ciudad impaciente, una ironía monumental. Finalmente, la caja fue bajada con cuidado, el vehículo liberado y la circulación restablecida.
No hubo heridos, ni tragedia. Solo un recordatorio involuntario de cómo la precisión de la ingeniería puede rendirse ante un simple descuido del acero. Esa noche, bajo el puente rumbo a Playas, Tijuana descubrió que incluso la rutina puede quedarse atorada entre el ruido y el concreto.








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