El Mustang que amaneció boca arriba en Rosas Magallón

Tijuana-. Apenas despuntaba la luz del día cuando el libramiento Rosas Magallón mostró el rastro de un amanecer agitado: un Ford Mustang volcado junto al puente amarillo, inmóvil, como si hubiera sido abandonado por la velocidad misma.

Eran las cinco de la mañana y el pavimento aún guardaba restos de lodo traído por la lluvia nocturna. Ese barro traicionero fue, según los primeros indicios, el detonante del derrape que sacó al Mustang de su curso y lo hizo girar hasta quedar invertido sobre el costado de la vía.

El conductor, un hombre de unos 35 años, logró salir por su propio pie. Aún con la respiración acelerada, fue revisado por paramédicos mientras el silencio del amanecer recuperaba terreno. No tenía lesiones graves, apenas el susto que deja el instante en que la vida se sacude sin previo aviso.

Bomberos y policías municipales rodearon la escena, iluminada por las torretas que rompían la penumbra. Una grúa levantó el vehículo, devolviéndole la verticalidad que la madrugada le había arrebatado.

Cuando todo terminó, el tránsito volvió a fluir. Pero en la memoria del libramiento quedó la huella de ese momento exacto en que un Mustang encontró el lodo… y el lodo ganó.