Cuatro menores provocan persecución y terminan volcados en canal del fraccionamiento Santa María
- Buzo Caperuzo
- 6 ago
- 2 Min. de lectura

Por las venas de la ciudad corren historias que, a veces, no encuentran palabras para contarse.
Tijuana-. En el fraccionamiento Santa María, al oeste de Tijuana, la noche del martes no fue distinta. Un ruido seco, el estruendo de un auto que ya no pudo seguir huyendo, y el silencio denso que suele seguir al miedo. Dentro de un canal, retorcido y destruido, quedó el Ford Focus gris con placas de Estados Unidos que llevó a cuatro adolescentes directo al borde.
La persecución había iniciado minutos antes, cuando oficiales de la Policía Municipal se percataron de un detalle alarmante: los jóvenes no tenían licencia para conducir. El intento de escapar fue instantáneo. No hubo diálogo, solo el rugido del motor. La patrulla detrás. El vértigo de la huida. La curva mal calculada. Y entonces, el final.

El automóvil terminó volcado entre concreto y agua estancada, convertido en chatarra. Uno de los adolescentes, con heridas graves, fue rescatado de los restos por cuerpos de emergencia. Los otros tres, con el rostro aún cubierto de polvo y el pulso acelerado, fueron asegurados por las autoridades.
No había adultos cerca. No había responsables. Solo la escena muda de un error que pudo costarles la vida.¿Quién les prestó el auto? ¿Por qué huir? ¿Qué los llevó a creer que eran invencibles?

Las autoridades trasladaron a los jóvenes a la estancia correspondiente. Allí deberán rendir cuentas, aunque las verdaderas respuestas probablemente se queden sin pronunciarse. Porque a veces —en Tijuana y en tantos otros sitios— lo que se quiebra no es solo un auto, sino una etapa de la vida que, por imprudencia o abandono, ya no tendrá marcha atrás.
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