Lo que parecía una tarde tranquila en el estacionamiento de Calimax Fundadores se convirtió en un momento de caos. Un hombre, al percatarse de la presencia de unidades de seguridad, encendió su camioneta Chevrolet Silverado blanca y pisó el acelerador en busca de escape.

En cuestión de instantes, la rutina de la Vía Rápida Alamar quedó interrumpida. Una Nissan Frontier volcó a la altura del puente hacia El Vergel y quedó tendida sobre la terracería.

La pared de una vivienda se convirtió en el inesperado destino de una camioneta Ram negra que perdió el control en la avenida Mar Amarillo, en la colonia Linda Vista, transformando la quietud matutina en una escena de emergencia.

Eran poco después de las seis de la mañana cuando la tranquilidad del bulevar Fernando Consag, en el parador turístico de Ensenada, se rompió con el estruendo metálico de un automóvil que perdió el control en una curva. El Chevrolet Sonic rojo, modelo 2014, dio dos vueltas sobre su costado izquierdo y quedó tendido en medio de la vía, recordando lo frágil que puede ser la línea entre la rutina y la tragedia.

El 16 de septiembre debería haber sido un día de celebración para Rodrigo Saúl Rivas Valladares. Acababa de cumplir 18 años, la edad en que la mayoría de edad abre las puertas de la vida adulta. Sin embargo, la tarde de ese mismo martes, su historia se apagó de forma abrupta y dolorosa en el Libramiento Rosas Magallón.

Eran las primeras horas de este martes 16 de septiembre cuando un vehículo terminó con las llantas al aire sobre la Avenida Internacional, justo en el punto donde el asfalto se enreda con el camino hacia Playas de Tijuana, en la zona conocida como El Matadero.

El silencio de la mañana dominical en Urbi Villa del Prado se rompió con el estruendo de un choque frontal. En el bulevar Del Prado, dos vehículos quedaron destrozados tras impactarse de frente, dejando cuatro personas heridas.

Eran las ocho de la noche en el corazón de la ciudad cuando el estruendo metálico sorprendió a quienes transitaban por la avenida María Arias Bernal. Una camioneta Nissan Kicks, con placas de California, había terminado volcada tras perder el control en el tramo entre la calle Segunda y Tercera.

La madrugada avanzaba tranquila en la salida de Playas de Tijuana cuando un estruendo rompió el silencio en la prolongación calle Segunda, a la altura del Cañón del Matadero.

El Corredor 2000, con su flujo constante y vertiginoso de vehículos, volvió a cobrar una vida. La noche del martes 9 de septiembre, un hombre de unos 50 años intentó cruzar la vialidad a la altura de Plaza Paseo 2000. A unos metros estaba el puente peatonal, pero eligió arriesgarse a pie por la carretera.

El silencio de la tarde se rompió en el bulevar Santa Anita con el estruendo de una camioneta estrellándose contra una palmera. Cuando los bomberos llegaron al sitio, encontraron a un hombre inconsciente al volante.

La rutina matutina en la Prolongación calle Segunda se vio interrumpida por un accidente inusual: un ciclista y un peatón que, en cuestión de segundos, terminaron en el suelo tras coincidir en la vía sin poder frenar a tiempo.

La calma de la colonia Buena Vista se rompió la noche del domingo con un estruendo frente a la Casa del Abuelo. En el bulevar Las Américas Norte, dos vehículos colisionaron y uno de ellos —una Chevrolet Silverado negra— terminó volcado en medio de la vialidad.

El Paseo de los Héroes, arteria iluminada que cruza el corazón de Zona Río, se convirtió la madrugada del viernes en escenario de un accidente que dejó vidrios, metal y un poste derribado sobre el asfalto.

La madrugada de este sábado, el silencio de la Vía Internacional se quebró con el estruendo de dos autos chocando a la altura de la avenida 5 de Mayo. Una Toyota Tundra, conducida por una mujer que llevaba a dos menores, y un Kia Forte, tripulado por un hombre, quedaron detenidos en plena vía rumbo a la Zona Centro.

Eran cerca de las nueve de la noche cuando el silencio del bulevar Bellas Artes se quebró con un estruendo seco. Un motociclista había quedado bajo las llantas de un tractocamión en la intersección con la avenida Chilpancingo. Los semáforos, apagados desde horas antes, habían convertido el cruce en una trampa mortal.

La tarde del jueves 4 de septiembre, la calma en el bulevar Manuel J. Clouthier se rompió con el estruendo de un Mercury que terminó dentro de un canal pluvial, luego de que su conductor —un hombre de unos 70 años— perdiera el control al circular en dirección hacia el bulevar Insurgentes.

Entre fierros retorcidos y vidrios esparcidos, bomberos y paramédicos luchaban contra el tiempo. Un hombre, atrapado entre los restos de un vehículo, sufrió la amputación de una pierna. A pocos metros, dos menores de edad lloraban mientras eran atendidos por rescatistas, víctimas también de la brutal colisión.

El reloj marcaba el mediodía cuando el rugido de motores en la Calzada Tecnológico fue reemplazado por el crujido metálico de un choque múltiple. Frente a la UABC Otay, tres autos quedaron atravesados en la vialidad, inmóviles, como piezas rotas de una rutina estudiantil y laboral que se interrumpió de golpe.

La mañana de este martes, el bulevar Fundadores amaneció con la escena de un Dodge Charger negro volcado a un costado de la rampa descendente, en dirección hacia la Zona Centro. La conductora, que había perdido el control y salido del camino, logró salir del vehículo por su propio pie.